

Nacido en 1819, estudió primero en Cervera y después Derecho en Barcelona, si bien nunca llegó a ejercer como abogado. Preocupado como estaba por cuestiones políticas y sociales, le fue más útil aprender el oficio de cajista de imprenta, y así ayudar a la difusión de las ideas revolucionarias. Primero colaboró con su paisano y amigo Abdó Terrades, fundador del Partit Republicà Demòcrata, laico y federalista. Escribe en el diario "El Republicano" que al poco tiempo es cerrado y sus redactores encarcelados.
Son los tiempos convulsos en que Espartero bombardea salvajemente Barcelona desde Montjuic. Monturiol forma parte de la Milicia Nacional popular que sublevada en Figueres contra el Gobierno moderado interviene en las revueltas de Barcelona y Gerona. Pero Narcís es un espíritu rebelde pero no violento, y se siente más cómodo con la pluma que con un arma en las manos. "Yo soy revolucionario pero revolucionario pacífico, revolucionario de ideas, revolucionario de conciencias /.../aborrezco la sedición pero me humillo ante la revolución de un pueblo entero que se levante para manifestar su voluntad". Narcís se va separando de sus compañeros republicanos para convertirse en un teórico del comunismo icariano. Como ya hemos indicado en este blog es entonces cuando traduce del francés la obra de Étienne Cabet,"Voyage en Icarie" y funda el periódico "La Fraternidad", para difundir sus ideas, publicación que también es cerrada y él obligado a exiliarse. Inmerso como estaba en los hechos que se sucedían de forma frenética en el país, al final no forma parte de la primeras expediciones que pretendían fundar la sociedad utópica en tierras de América . Una vez amnistiado funda otra revista comunista "El Padre de Familia", pero ya entonces Monturiol es obligado a abandonar el activismo editorial bajo la amenaza de la cárcel. En una "huida" a Cadaqués, donde pretendía subsistir de sus habilidades pictóricas, ese mismo espíritu utópico y generoso lo llevará a concebir lo que después se convertiría en el Ictíneo, cuando "un día en la costa del cabo de Creus, Narcís Monturiol se encontró con un grupo de buceadores agachados en torno al cuerpo inerte de uno de sus compañeros"
Son los tiempos convulsos en que Espartero bombardea salvajemente Barcelona desde Montjuic. Monturiol forma parte de la Milicia Nacional popular que sublevada en Figueres contra el Gobierno moderado interviene en las revueltas de Barcelona y Gerona. Pero Narcís es un espíritu rebelde pero no violento, y se siente más cómodo con la pluma que con un arma en las manos. "Yo soy revolucionario pero revolucionario pacífico, revolucionario de ideas, revolucionario de conciencias /.../aborrezco la sedición pero me humillo ante la revolución de un pueblo entero que se levante para manifestar su voluntad". Narcís se va separando de sus compañeros republicanos para convertirse en un teórico del comunismo icariano. Como ya hemos indicado en este blog es entonces cuando traduce del francés la obra de Étienne Cabet,"Voyage en Icarie" y funda el periódico "La Fraternidad", para difundir sus ideas, publicación que también es cerrada y él obligado a exiliarse. Inmerso como estaba en los hechos que se sucedían de forma frenética en el país, al final no forma parte de la primeras expediciones que pretendían fundar la sociedad utópica en tierras de América . Una vez amnistiado funda otra revista comunista "El Padre de Familia", pero ya entonces Monturiol es obligado a abandonar el activismo editorial bajo la amenaza de la cárcel. En una "huida" a Cadaqués, donde pretendía subsistir de sus habilidades pictóricas, ese mismo espíritu utópico y generoso lo llevará a concebir lo que después se convertiría en el Ictíneo, cuando "un día en la costa del cabo de Creus, Narcís Monturiol se encontró con un grupo de buceadores agachados en torno al cuerpo inerte de uno de sus compañeros"


No sé hoy lo que pensaría el "viejo Monturiol" ante ese reconocimiento del "Año Monturiol", aunque supongo que se sentiría en cierta parte compensado y halagado con ese nuevo artilugio del Ictineu 3. Pero aquel otro, el "joven Monturiol" rebelde se sentiría decepcionado al ver que su utopía es relegada a una anécdota simpática pero improductiva, algo de la "rauxa" juvenil, decepcionado de ver como se siguen cerrando periódicos y criminalizando ideas. No sé a quién preferís?
Yo a aquel Monturiol que con Clavé, Cerdá, Rovira y otros, pasaron por un incipiente Poblenou y lo unieron a Icaria hasta hoy. A la Icaria de la Utopía no a esa "Nova Icària" que sirvió para hacer pisos para "pijos y queridas".
Aquel Monturiol que adivina que quien no cumple sus sueños está abocado a la pesadilla.