7 de abril de 2011

Las barracas del Campo de la Bota y Pequín - Margen y marginalidad

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En el límite norte del municipio de Sant Martí, del barrio de Poblenou que por extensión llegaba hasta la Riera d'Horta, se formó a partir de 1870 un pequeño barrio de barracas, que recibió el nombre de Pequín (o Pekín). Según la tradición el origen de la barriada y el de su nombre proviene del hecho de que sus primeros habitantes fueron una colonia de chinos cantoneses que llegaron maltrechos a su costa después de un largo viaje desde Cuba y allí mismo se instalaron con los restos del naufragio. El modesto barrio fue creciendo con la llegada de inmigrantes para la Exposición Universal de 1888 y de pescadores expulsados de la Barceloneta. Las barracas se distribuían a lo largo de la calle San Salvador, allí con el tiempo también se les construyó una iglesia, que sería incendiada durante la crema de conventos de la "Semana Trágica". Como todos los otros barrios al lado del mar, Pequín estaba expuesto a sus temporales que periódicamente azotaban sus humildes barracas, especialmente duros fueron los de los años treinta. A partir de estos años, un poco más allá, pasada la Riera d'Horta, ya en el vecino Sant Adrià, se va conformando otro barrio de barracas al lado del castillo militar "de las Cuatro Torres", el Campo de la Bota, que aún perdura en la memoria popular.
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El Campo de la Bota es en parte heredero del de Pequín, tanto porque algunos de sus habitantes se refugian en él como porque incluso en la comunicación oral su nombre se confunde con aquel. Este barrio, sinónimo de marginalidad y carencias, crece en la década de los 50 cuando el ejército abandona el castillo. En él se instala una escuela regentada por el escolapio Francesc Botey , que vive en una barraca donde pintado con alquitrán pone "Diagonal, nº1". Francesc Botey Vallès (1931-1996) fue uno de esos religiosos que realmente seguían el "mensaje de Jesucristo" y dignificaba el término "apostolado". Eso que la derecha de entonces llamaba "curas comunistas" y que fueron y aún son perseguidos por la jerarquía eclesiástica o por el Estado mismo. "En este suburbio barcelonés realizaba una meritoria labor social entre la población gitana, pues habían fundado o ayudado a fundar una escuela, un parvulario, una maternal, un centro médico y una cooperativa de artesanía gitana entre otras iniciativas de carácter social." *

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Además de ser un defensor de la cultura gitana, escribió el libro "Els gitanos, una cultura folk a casa nostra" en 1970, Francesc denunció la represión y maltrato que sufrían los gitanos por parte de la policía y al no querer retractarse se le impuso la pena de un año de prisión, a cumplir en un convento, a lo que él, contrario a cualquier trato de privilegio, se negó, acabando en el penal concordatario de Zamora, tal era su compromiso igualitario y por la lucha por la libertad. Era el año 1968 , año en el que también Francesc había impulsado la creación de la asociación SETEM (Servicio Tercer Mundo), con el objetivo de promover una cultura de la solidaridad internacional renovada y alejada de los planteamientos "misioneros". Todo esto lo llevaría en 1971 a seguir su labor con otros escolapios en Centroamérica, donde morirá en 1996.
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Francesc Botey poco antes de morir, en Maconí, México, donde se le conocía como Padre Pancho.
El Campo de la Bota fue durante años una referencia para excluidos e inadaptados, muchos de sus habitantes vivían al margen de la ley y fuera de sus límites se entablaba la guerra contra la sociedad. Fue en ese barrio de barracas donde Juan José Moreno Cuenca, "el Vaquilla", inicia su trágica carrera en la delincuencia, lo que describe la película, algo idealizada, de Jose Antonio de la Loma,"Yo, El Vaquilla" (1985), de la que a continuación incluimos una secuencia como documento de un barrio que, como el de Pequín, desde 1974 ya estaba en vías de desaparición, con el traslado de sus habitantes al vecino polígono de la Mina. No perderos la "impagable" canción de los Chichos, como una descripción realista del ambiente que se vivía en el Campo de la Bota.




*Las Prisiones Franquistas. "La Cárcel Concordataria de Zamora...", Francisco Fernandez Hoyos.